barquito de papel,
en que extraño arenal,
han varado, tu sonrisa y mi pasado,
vestidos de colegial...
cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar,
y navegar, era jugar con el viento,
era una sonrisa a tiempo...
Barquito de Papel, Joan Manuel Serrat.
Un niño jugaba en la orilla.
En la orilla de la vereda donde el mar le cantaba, al fluir de esa canaleta de pobrezas.
Un niño soñaba con ser marinero de alta mar. De salvar hermosas doncellas de temibles piratas y que su bergantín andaría por mares de chocolate,porque su vida sería dulce, muy dulce tanto con audaz su corazón.
Un niño en la orilla construía castillos, y pensaba que todo el mundo de ese inmenso mundo sin techo, tendría un lugar donde vivir. Y su pala y la arena no daba abasto para construir tantos sueños como hogares, donde compartiría el pan con su hijos y su mujer, y todos los demás.
Un niño juntaba caracoles y se ponía a escuchar, lo que el mar le venía a contar, y lo podía escuchar porque como era muy niño, aun lo sabía oir.
Un niño creció en una isla, bajo un sol que entre nubes le sonreía y una luna que por la noches, le cantaba serenatas de amor.
Y así creció el niño, y se hizo mayor. Y fue un buen hombre de buena madera que tuvo su casa, su mujer y su hogar, y repartió el pan con sus amigos y dio cobijo a los sin techo y no necesitó más de lo que su cuerpo le pedía y el restó lo compartió, aunque algunas noches, soñaba con aquel mar...
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11 comentarios:
Uhm, algo le falta a ese relato. O sobra. Sería más interesante si se hubiera terminado con los sueños infantiles del personaje.
Porque su vida adulta no es muy interesante como ficción. Tal vez si se hubiera enfatizado el descontento de personaje...
Gracias Demiurgo por tu opinión.
Sí, puede faltar y puede sobrar, siempre es asi y es válida tu opinión.
La respuesta tal vez esté en una frase de Gustavo Cerati, en especial hoy: se merece lo que se sueña, y quizás por eso, la historia continuó, para no quedarnos solo en lo sueños.
No encuentro que le falte o sobre nada. Me ha encantado imaginarme junto a ese mar, junto a ese niño -luego hecho hombre- con muchos de sus sueños realizados pese a que siempre seguirá soñando.
Besos dobles con sabor a aire marino!
Ese niño fue una buena persona, como muchas existen, y si hubiera muchas más este mundo seguro que cambiaría. Seguro que ese mar de fondo le ayudó a madurar esa gran persona que fue.
Precioso
Un abrazo
Un relato sublime y dinámico a la vez. Todos sus sueños los pudo realizar de adulto. Sin duda alguna fue un hombre de buena madera! =)
Saludos
Muy bonita metáfora del crecimiento de una persona honesta, la que no tiene nada y hasta eso reparte, la que sueña siempre porque tiene ahí su rincón de paz. Ni le sobra ni le falta, está redondo.
Un beso, compi.
Soñar para construir. Creo que la esperanza de todo aquel que construye castillos de arena es la de poderlos habitar algún día, y que no haya ola ni viento, que los destruya y desintegre. Por eso celebro este fin positivo, porque sirve de aliento.
Besos!
Gaby*
Un niño criado con la ilusión y la imaginación, los sentimientos y el placer por los pequeños detalles es fácil que se convierta en un adulto generoso. Un beso
Todos sus sueños realizados menos uno, el de poder navegar y surcar los mares...una bella metáfora de la vida, donde uno se conforma y es feliz con lo que tiene aunque siempre pueda soñar con algo que le produzca emoción...tal vez una aventura que nunca se atreva a realizar.
Un beso
Una excelente prosa poética. Los niños son un recurso infalible para abrir el corazón de los lectores. Y relata toda una vida!
Muchas gracias por haber participado en mi convocatoria juevera.
La inocencia y la bondad, los sueños, la esperanza de lo que pueda llegar, la sencillez de una vida y todo junto formando al hombre que llega a ser. Me gustó ese transcurrir tranquilo y lleno de paz.
Besos.
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