12.6.13

Este jueves, relato. Secretos


Metrópolis, 13 de Junio de 2013

Editorial

Si alguno de nuestros lectores tuviera la pretensión de llegar a ser también reportero, le gustaría saber cuáles fueron nuestras notas, pero eso es un secreto. Alguno nos dirá que es una tumba, otros que de aquí, esto… no sale, y demás excusas por el estilo; promesas que luego se las lleva el viento y los secretos se vuelven padrenuestros en boca de todos.

Pero a modo de confidencia, que no secreto, os confesaremos suspensos repetidos en Literatura, Gramática, Ortografía, Idiomas y demás disciplinas filológicas.
Sin embargo, visitamos museos, trasnochamos, hicimos zapping, fuimos al cine, ejercitamos sin descanso el olfato, el gusto, incluso el tacto, cerramos los ojos y con la mente abierta aprendimos de la nada.

Aún así, nos tenéis que prometer que no se lo contaréis a nadie, y del secreto de Clark… ni hablamos.




Relato.

Siempre lo supe. Nunca fue un secreto para mí.
Siempre estuvo ahí, como un fantasma, como un duende, como...
-Los secretos son para llevárselos a la tumba. Nunca se pueden contar. Cuando son de dos, son de todo el mundo- Así me lo enseñó mi madre que de secretos sabía...
Siempre estuvo entre los dos, entre los cien, entre los miles de ojos que me miraban vivir.
Siempre estuvo, hasta que yo lo maté y se terminó, porque esa amenaza, esa daga insidiosa y malévola, me acuchillaba el alma, sin dejarme vivir.
Vivir... como si vivir fuera nada más que respirar, que comer, que trabajar.
Vivir... como si vivir fuera estar viva, riendo y hablando, sin más.
Siempre estuvo en mí que la mentira se hiciera verdad y al final no fuera cierto, solo una pesadilla del destino que nos unió esa noche, y que se fue lejos, tan lejos como la juventud cuando pisas los cuarenta.
Siempre tuvo sus ojos, su cara, su boca. Su forma de sonreír, su forma de pasarse la mano, para secarse los labios antes de hablar.
Veinte años han pasado en mi lento andar. Prudente, discreto, callado. Veinte años y hoy me lo dice a boca de jarro para dejarme en medio de la calle, desnuda como en los sueños, que solemos tener.

-Ya sé quien es mi padre, mamá. Ayer lo vi. Estuve con él.

Más secretos inconfesables en la chismorrería de San

16 comentarios:

Encarni dijo...

Anda, yo pensaba que los reporteros no tenían secretos, por eso del periodismo, y el interés cotilla por descubrirlos, y mira tú por dónde, nos acabamos de enterar de algunas noticias de la prensa del corazón. Lo que es la vida, jejeje.

Un beso para cada uno.

Sara dijo...

Qué buen relato. Me ha encantado. El final es brutal jaaj

Tracy dijo...

La introducción es magnífica, cumple su cometido de llevarte al relato con más ganas y el relato me ha encantado, su descripción y su sorprendente final.

Natàlia Tàrraco dijo...

Así en un instante se desvanecen los secretos, sucede, la vida tiene estas jugadas, sin embargo ahora serán padre e hija los que tendrán sus secretos compartidos.
Ese Clark, la verdad, desmerece el modelo, tanto secreto para esto, qué remedio, me callo no cuento secreto.

Besitos a repartir.

Anónimo dijo...

Y el padre era el que era o era otro?
Los REporteros tienen alma de porteros (y no de fútbol)de otro modo no tendrían la motivación suficiente para cumplir su vocación...

Gaby* dijo...

Muy buenas siempre las introducciones. El relato no se queda atrás, pone al descubierto la historia, la verdadera, la que se ha ocultado con tanto cuidado, sin saber que la verdad ya era sabida. Es que hay cosas que no siempre son fáciles de ocultar.
Un beso!
Gaby*

Fabián Madrid dijo...

Parece que los periodistas conocen para comunicar. No nos imaginamos que tengan secretos. Un abrazo.

rosa_desastre dijo...

Los reporteros tienen que contrastar muy bien las noticias y no confiar en las fuentes. Padre no hay mas que uno.
Un beso doble

Cristina Piñar dijo...

Los periodistas también tenemos secretos. Por cierto, no os lo vais a creer, pero yo habia pensado escribir algo parecido, aunque al final cambié de opinión. Me ha gustado. Besos.

San dijo...

Muchos y buenos los secretos que guardas estos reporteros, que como buenos profesionales no desvelaran jamás.
Bella historia de encuentros y desencuentros.
Besos pareja.

Cecy dijo...

Y si a boca de jarro es siempre cuando se cuenta un secreto que a veces es tan permeable.
Yo, calladita. Nada de, ya me olvide.


abrazos :)

Sindel Avefénix dijo...

Muy buena introducción como siempre, ya nos tienen mal acostumbrados con estas genialidades.
El relato va llevando al lector al final sin saber con lo que se va a encontrar, y cuando llega, desarma. Verdades ocultas, mentiras sabidas, siempre todo sale a la luz.
Un abrazo.

Maria Liberona dijo...

Miles de secretos guardados en aquel silencio que... a voces de murmullos se sabe.. no?

Charo dijo...

Muy bueno el relato, estaba intrigada hasta el final.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Qué sería del periodismo si todos los secretos guardados fueran encerrados bajo llave y nada se filtrara! jejeje...si nos ponemos a analizarlo, a todos nos interesa saber qué pasó y apelamos a la agudeza del buen periodismo para enterarnos! jejejeje...se diría que secretos y periodismo fueran cosas incompatibles! jajaja
Muy bueno, como siempre,
Abrazos por partida doble
=)

Acertijo dijo...

Cuando un reportero escribe sobre una primicia, ya nos esta revelando un secreto que desconocíamos.


Este, es un trabajo realizado por dos reporteros de ficción, que con la mayor de las indisciplinas, pretenderán entreteneros con sus informaciones sobre la actividad en nuestro virtual espacio Blogosférico.

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