Este jueves, relato. "Refranes"

Metrópolis, 2 de Febrero de 2012

Editorial.

El refranero español es amplio, y a veces hasta sabio.
Pero... ¿Quién invento los refranes? y sobre todo... ¿Qué pretendía con ello?
Porque... ¿Dios ayuda a todos los que madrugan? ¡decididamente no!

El sabio loco, Alonso de Quijano en sus desventuras por tierras manchegas nos aclara que: "Un refrán es una sentencia breve, sacada de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios". Sigue diciendo dirigiéndose a su orondo escudero: "cualquiera de los que has dicho, Sancho, basta para dar a entender tu pensamiento".

Los refranes son micro sentencias, que han arrinconado a los proverbios y quedan como una paremia culta, popular y definitivamente sin dueño.
Frases literarias, bíblicas, observaciones individuales o colectivas acuñadas a lo largo del tiempo, utilizando como excusa, desde la meteorología, al destino o la fatalidad de la existencia.

Un activo más en el bagaje cultural en el que la comunicación oral adquiere visos de sabiduría popular.
Divaga y divaga, porque siempre algo queda. Claro, alguien se puede suicidar en el camino. pero eso, es problema del susodicho y no nuestro.       

Algunas de la razones de la perpetuidad de los refranes, podrían ser:
1.- Insistir tanto en la aseveración, que esta queda como un hecho relevante.
2.- Ante la pereza para definir con rigor, ir al ejemplo recurrente.
3.- Entiéndeme rápido, que no me apetece extenderme en disertaciones epatantes.
4.- Resulta gracioso lo que dices, lo utilizo para esto otro que me interesa.
5.- Que culto y versado eres, te copio y lo utilizo en mis conquistas mundanas.

... Y algunas más que podéis ir añadiendo vosotros, pero daos prisa, que a la vejez, viruelas.

Relato:

-Hola, ¿cómo te va?
-Ya ves, al mal tiempo buena cara.
-Vas al centro, ¿me llevas?
-A buen puerto vas por agua.
-Está bien, eres un egoísta, no te necesito.
-Ya vendrás con el caballo cansado.
-De acuerdo, acelera un poco... ¡llego tarde!
-Despacio que estoy apurado.
-Qué mal va el auto... ¿tu viejo no es mecánico?
-Sí, en casa de herrero, cuchillo de palo.
-¡Guau! Mira esa morocha, está que se parte.
-Agua que no has de beber, déjala correr.
-Tengo que hacer mil trámites, y todos para hoy.
-Quien mucho abarca poco aprieta.
-¿Estas galletas, de cuando son?
-Que importa, cuando hay hambre no hay pan duro.
-¿Vos siempre decís tantas pavadas?
-Ya sabes, a palabras necias oídos sordos.
-Quizá hubiera debido tomar el Bus.
-No se debe escupir al cielo.
-Otra vez, no vengo contigo.
-Nunca digas de esta agua no he de beber.
-¡Me estás volviendo locoooo!
-De poeta y loco todos tenemos un poco.
-Si me retraso, ¿quien atenderá mi negocio?
-El ojo del amo engorda el ganado.
-Vos tenes suerte de trabajar independiente.
-A cada chancho le llega su San Martín.
-No se puede discutir contigo.
-No me digas, genio y figura hasta la sepultura.
-No presumas, no eres tanto como te parece.
-En todos lados se cuecen habas.
-Mejor pagar un billete, que aguantar tu perorata.
-A caballo regalado no le mires los dientes.
-Sí, lo debí pensar dos veces.
-Hombre prevenido vale por dos.
-Me callo, en la próxima me bajo, prefiero caminar.
-Calla, en boca cerrada no entran moscas.
-No sigas, me desesperasssss.
-Quien mal anda, mal acaba.

En la lejanía se oyó un disparo, sordo, apagado, pero definitivo, no supe nunca cual de los dos...

Un magnífico refrán, llevado a una magnífica película

                           

      Varios refranes, colocados en una deliciosa canción.