Metrópolis, 12 de Septiembre
de 2013
Editorial.
Anuncios de contactos. Un
submundo de comunicación e información de lo más macarrónico. Tarjetas de vista
con más mentiras que consonantes. Hojas parroquiales para adictos al puterío de
salón. Piezas maestras de la oferta de sexo exagerado en forma de texto
rectangular, pidiendo en silencio ser señaladas con un círculo rojo.
Vale todo, incluso la solícita desesperación de un futuro para compartir alquilando sentimientos. Es la crónica de una forma de relación que se perpetua en el tiempo y cuentan más los centímetros que los centígramos y obviamente más los penes, culos y tetas que las cabezas.
Vale todo, incluso la solícita desesperación de un futuro para compartir alquilando sentimientos. Es la crónica de una forma de relación que se perpetua en el tiempo y cuentan más los centímetros que los centígramos y obviamente más los penes, culos y tetas que las cabezas.
Relato.
Claudia viene
cargada del Mercado, una vez acomodadas las compras y se detiene a leer el
diario en que vienen envueltos los huevos.
Cristina que la ha visto llegar, se encierra en el baño antes de que su
hermana la atomice con noticias viejas. Esta lee en voz alta:
-"Caballero de
50 años, divorciado, educado, atractivo, con buena posición económica y social,
desea contactar con señora o señorita entre 30-48 años, sin cargas
familiares, con amplio nivel cultural, buena presencia y educada que le guste
la aventura para realizar un viaje en yate alrededor del mundo”
-A ver, a ver…
es del domingo pasado. Eso de leer noticias viejas, me baja el stress, pero un
día va a ser tarde para enterarme de algo bueno.
Con irónico
escepticismo repite para sí:
-Caballero de
50 años… bueno prefería uno de 30 o 35, están con uso, pero no maltrechos.
Divorciado… sí, mejor que
viudo. Imposible luchar contra un fantasma. Educado… mientras haya leído algo más
que el Tesoro de la Juventud y la Wikipedia. Atractivo… sí, que a simple vista
se pueda disfrutar como una obra de arte. Eso sí, que no se esfume el encanto
apenas abra la boca. Buena posición económica y social… pediré la antigüedad de
la misma.
En cuanto a mí,
veamos: señorita, sí, con ganas de merecer. Sin cargas familiares… estoy más
sola que el uno. Entre 30 y 48 años… bueno quien dice 48 dice 54. Me administro
bien, con un poco de maquillaje, unos buenos tacos y un poco de
andar sinuoso puedo lograr una buena impresión.
Lo de la aventura me gusta,
solo que no quisiera que toda la travesía fuera sin tocar puerto, porque la
verdad, el buen señor no lo aclara.
-Che Cris ¿te animas a ser la madrina?
-¿De tu boda?
-No de un
yate… Yo pongo el champagne.
10 comentarios:
Jajaja, genial!! Me ha encantado la presentación, la historia y los anuncios, sobre todo el último, jajaja. ;)
Un beso a los dos, vale... dos besos para cada uno.
Muy buena la historia. Se lo toma con sentido del humor la señora. Y los anuncios son lo más. Hay gente pa to.
Un abrazo
un poco grotesco pero algo divertido!!
Genial la historia, pero me quedo con ese Apolo. He leido que los primeros vibradores nacieron y se anunciaron como argumentos terapéuticos para calmar la ansiedad.
Un fuerte abrazo.
Genial todo, todito. Los anuncios jajaja divertidos y la historia preciosa, con un puntito encantador.
Un abrazo.
jajajaaaa qué bueno!
Es fea pero paga bien qué maja!!
Besos!!
¡Madrina del yate! Si ella pensaba ser pasajera. A ver si la botella de champagne no termina sus días en la cabeza del caballero cincuentón ...
Buena historia.
Abrazos.
A mi me gusta el de la muchacha con 120 pechos ja,ja,ja....Geniales todos los anuncios!
En cuanto a la historia ja,ja me imagino el encuentro de los dos, porque seguro que él ha sido tan poco escrupuloso como ella!
Me gustó tu relato. Los anuncios son para algunas personas la última esperanza de encontrar la felicidad. Saludos
Buenísimo! Es todo un combo, porque desde el prólogo, el relato y los anuncios, no tienen desperdicio.
Los felicito! No se podía esperar más de dos reporteros empapados en todo tipo de temáticas.
Besos!
Gaby*
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